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La magia del microvoluntariado
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La idea del microvoluntariado está ganando adeptos, y con razón. Cada vez hay menos personas dispuestas o capaces de comprometerse a un turno regular. Quieren poder elegir qué, cuándo y cómo quieren contribuir. Al ofrecer flexibilidad, se abre la puerta a más voluntarios, incluidos aquellos que no tienen tiempo o capacidad para comprometerse con las funciones tradicionales.

Las ventajas del microvoluntariado

Adaptarse a un modelo de microvoluntariado puede resultar desalentador al principio. Requiere un cambio de mentalidad, de roles fijos a un enfoque más fluido, que cambiará su forma de ver y gestionar su programa. Sin embargo, los beneficios superan los retos:

  • Atrae a más voluntarios: Muchas personas quieren ayudar pero no pueden o no quieren comprometerse a largo plazo.
  • Reduce el agotamiento: Al distribuir las tareas, se evita que unos pocos voluntarios se sientan abrumados.
  • Aumenta el compromiso de la comunidad: Cuanta más gente participe, aunque sea a pequeña escala, mayor será el número de contactos y el conocimiento de su organización.
  • Realiza el trabajo: Aunque las tareas se completen poco a poco, es mejor que no hacerlas.
  • Facilita la dedicación de las personas: Si un voluntario disfruta y ve el impacto de su trabajo, puede buscar funciones más importantes.

Cómo hacer que el microvoluntariado funcione

Lo entiendo, es más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo, hay cosas a tener en cuenta que lo harán más sencillo.

1. 1. Divida las funciones en tareas

Las funciones tradicionales del voluntariado suelen ser un conjunto de tareas más pequeñas. En lugar de ofrecer una única función que requiera un compromiso continuo, enumere las tareas individuales. ¿Puede alguna de ellas funcionar por sí sola? Si es así, pueden ser perfectas para el microvoluntariado.

2. Ofrezca una variedad de opciones

Las personas tienen habilidades y preferencias diferentes. Ofrezca una mezcla de tareas -físicas, administrativas o basadas en habilidades- para que los voluntarios puedan elegir lo que más les convenga.

3. Facilite las cosas

El microvoluntariado debe tener pocas barreras. Elija tareas que no requieran una comprobación exhaustiva de los antecedentes y simplifique la inscripción mediante un formulario en línea o actualizaciones en las redes sociales.

4. Que sea sencillo

Las tareas deben requerir poca o ninguna formación y completarse en poco tiempo. Si se necesita formación, proporcione guías rápidas para ayudar a los voluntarios a empezar fácilmente.

5. Promover, promover, promover

Del mismo modo que anuncia las funciones a largo plazo, promocione las oportunidades de microvoluntariado a través de su sitio web, las redes sociales y las historias de éxito de antiguos voluntarios.

6. Sea flexible

Permita que los voluntarios realicen las tareas en el momento que más les convenga. Si prefieren el trabajo a distancia al presencial, intente complacerles.

7. Reconocer las contribuciones

Un rápido correo electrónico de agradecimiento o una mención en las redes sociales pueden contribuir en gran medida a que los microvoluntarios se sientan valorados.

Empezar poco a poco

No es necesario revisar todo el programa de la noche a la mañana. Identifique un par de funciones que puedan dividirse en tareas más pequeñas, anúncielas y ajústelas según sea necesario. Con el tiempo, desarrollará un sistema que se adapte a las necesidades de su organización y facilite la participación de los voluntarios.

Si se gestiona bien, un enfoque de microvoluntariado le ayudará a aprovechar una reserva mucho mayor de ayudantes dispuestos. Pruébelo y se sorprenderá de la cantidad de gente que se ofrece cuando se le da la oportunidad.